La Palabra para jueves, 12 diciembre 2024

La lámpara del cuerpo es el ojo. Cuando tu ojo es bueno, también todo tu cuerpo está lleno de luz; pero cuando tu ojo es maligno, también tu cuerpo está en tinieblas.

Lucas 11,34

Sabemos que todo aquel que ha nacido de Dios no practica el pecado, pues Aquel que fue engendrado por Dios lo guarda y el maligno no lo toca.

1 Juan 5,18